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Chupinazo: comienzo oficial de las Fiestas de San Juan de Sahagún. Foto: elespanol.com

En honor a San Juan de Sahagún —sahagunense de nacimiento— la villa leonesa de Sahagún celebra sus Fiestas Patronales, las más significativas de todas cuantas se celebran a lo largo del año. Cuatro días alrededor del 12 de junio festividad del Santo, en la que la villa se engalana de alegría, color y bullicio para festejar a su hijo más ilustre.

En el programa de actos no falta nada: verbenas, actuaciones de conocidos grupos e intérpretes musicales, actividades infantiles, competiciones deportivas, espectáculos de calle, actos religiosos, fuegos artificiales y, desde hace algunos años, el color de las inevitables peñas, con la típica degustación de limonada y el jaleo de sus charangas poniendo alegría y ritmo.

Quizá lo más característico y arraigado del programa de festejos sean son sus tradicionales encierros de novillos por las calles de la villa, dicho en idioma local 'las vacas', únicos en la provincia y con muchos siglos de tradición; las corridas de toros, afamadas debido a la importancia de sus carteles; las capeas en la Plaza de Toros, animadas por las Peñas de la localidad y el Concurso de Recortes.

Es posible que la gran afición existente en la villa por los eventos taurinos provenga del milagro que se le atribuyen a San Juan de Sahagún, acaecido en Salamanca, en el que detuvo a un toro bravo que deambulaba por las calles sembrando el pánico, y al solo mandato de 'tente necio' quedó inmovilizado.

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Las peñas, protagonistas de las Fiestas Patronales de Sahagún: Foto: Yolanda Rodríguez

La lectura del pregón de las Fiestas de San Juan de Sahagún, taumaturgo y también patrón de la ciudad de Salamanca, coloca a la capital de la Tierra de Sahagún en la parrilla de salida de sus festejos patronales, confirmado con el tradicional chupinazo.

En el aspecto religioso, novena en la iglesia del Santo, con Vísperas solemnes el día 11 por la tarde y misa de igual condición el día de la festividad de San Juan. A la salida de las citadas Vísperas, los Mayordomos de la Cofradía de los Hermanos de San Juan, obsequian a las autoridades y a los cofrades con un 'refresco', que traducido al romance paladino quiere decir una espléndida merienda.

Historia de los Encierros

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Los festejos taurinos, una tradición arraigada en Sahagún. Foto: elespanol.com

Los encierros en Sahagún, datan del 1410, año en el que se concede la primera autorización para correr las vacas en la Plaza de Santa María, cuyo emplazamiento estaba en lo que hoy es la Plaza de San Tirso y en años sucesivos por las calles de la Villa.

Las reses bravas eran traídas a Sahagún por caballistas desde una dehesa de la provincia de Valladolid a unos 40 Km. de distancia, andando por caminos y evitando pasar por las distintas poblaciones ya que alguna de las reses repetía la experiencia, como la famosa 'Jabonera', e intentaban desmandarse al ventear los pueblos.

Al llegar a Sahagún, las reses, guiadas por los cabestros, acompañadas de gentes entendidas y dirigidas por el mayoral y caballistas, entraban por el Puente Canto, seguían por las Calles de las monjas hoy, Antonio Nicolás y Carnicerías para desembocar en la Plaza Mayor. 

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Plaza de toros de Sahagún, León. Foto: sahagundigital.com

Todas las bocacalles que daban a estas calles se encontraban cerradas y cercadas con carros y maderos preparados para tal fin y en los soportales de la Plaza, los vecinos construían sus talanqueras y tendidos para familiares y amigos. Desde el Ayuntamiento hasta el Bar España se colocaban talanqueras ya preparadas. También aquí se hallaba el templete de los músicos y lo que llamaban en aquella época el 'Presen', porque estaba prensado de público. Los toriles, como algunos habitantes recuerdan, se hacían con maderos y madera fuerte y estaban ubicados en la esquina que se halla entre el establecimiento de Silvio de Aláiz y el Banco Central y su confección corría a cargo de carpinteros de la Villa, quienes los dejaban bien asegurados, desde los cuales se daba suelta a las reses que eran corridas en La Plaza, por multitud de aficionados. Recuerdo haber presenciado muchas cogidas, pero ninguna de muerte.

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Las capeas. Foto: Yolanda Rodríguez

En 1953, siendo alcalde Felícitos Placer, se escapó una vaca brava, los aficionados locales, recorrieron los campos en su busca y le dieron muerte, pero en años sucesivos el Ayuntamiento bien por razones económicas o por el miedo a incidentes semejantes, no volvió a ofrecer encierros en Sahagún.

Pasaron largos años y en 1976 fue nombrado alcalde de Sahagún un hijo del pueblo, Antonio Mantilla Franco que albergaba en su mente la recuperación de los tradicionales encierros taurinos, por haberlos vivido, y encontrándose con una comisión de fiestas, organizada por sectores, que con mucha ilusión y ganas de trabajar, deciden en comisión estudiar la forma de retornar el suprimido festejo, comienzan por hablar con vecinos que hubieran visto dichos encierros para que dieran fe de los mismos y muchos fueron los que se brindaron a colaborar en el proyecto.

Extraído de joseluisluna.com

San Juan de Sahagún

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Monumento de San Juan de Sahagún en la ciudad de Salamanca. Foto: hosteleriasalamanca.es

Juan González del Castrillo nació en Sahagún en 1430. Parece que en su juventud sirvió al Obispo de Burgos Alonso de Cartagena con cuya ayuda contó para recibir las órdenes sacerdotales y marchar a Salamanca a estudiar. Durante el tiempo que permaneció allí, en el Colegio de San Bartolomé, sufrió una grave enfermedad que le llevó a hacer un voto: si se curaba, tomaría el hábito agustino. Una vez restablecido, entró en el convento de San Agustín y al cabo de unos años de seminario se dedicó a la predicación. Al morir fue enterrado en la Catedral Nueva de Salamanca. En 1602 fue nombrado patrono de la ciudad y en 1690 fue canonizado por Alejandro VIII.

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Grabado de San Juan de Sahagún de funjdiaz.net

Algunas imágenes de su iconografía corresponden a una leyenda sobre uno de los muchos hechos maravillosos que se le atribuyen: un niño cayó en cierta ocasión a un pozo y fue sacado milagrosamente por el santo al arrojar éste el cíngulo de su hábito y agarrarse el niño a él mientras subían las aguas hasta el brocal. Otro hecho legendario tiene que ver con el milagro que se cuenta también de otros santos, como San Pedro Regalado de Valladolid, cuando detienen a un toro que va a causar daño a las gentes de la población. Se dice en este caso que San Juan de Sahagún interpeló al astado y le gritó: 'Tente, necio', frase que, desde entonces y según la leyenda, dio nombre a la calle en que se produjo el hecho.

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Iglesia de San Juan de Sahagún. Sahagún (León). Foto: Zarateman

Finalmente, se le atribuye haber intervenido como mediador entre varias familias de Salamanca -los Monroy, los Maldonado, los Solís- enfrentadas durante generaciones. Este conflicto, conocido como 'guerra de los Bandos' provocó numerosas muertes entre los vecinos de Santo Tomé y los de San Benito, siendo las más conocidas las de los hijos de María Monroy, 'María la Brava', que fueron asesinados por miembros de la familia de los Manzano. María ordenó perseguir a los causantes de las muertes y ordenó decapitarlos llevando después sus cabezas a la iglesia de Santo Tomé donde estaban enterrados sus hijos asesinados. Se cuenta que San Juan de Sahagún contribuyó a que esas familias firmaran finalmente la reconciliación en una casa, cuyo arco, cercano a la plaza de la Concordia, conserva todavía la inscripción 'Ira, odium generat. Concordia nutrit amorem', frase que se atribuye a Catón.

Publicado en funjdiaz.net

Programa de actos - Año 2024

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La imagen de San Juan recorre las calles de Sahagún, su pueblo natal. Foto: sahagundigital.com