Desde el año 2003, el primer fin de semana de agosto, la villa segoviana de Aguilafuente celebra el acontecimiento histórico del Sínodo de Obispos que tuvo lugar en esta localidad en el año 1472 y que propició él primer libro impreso en lengua castellana.
Es una fiesta eminentemente cultural en la que se llevan a cabo un sinfín de actividades variadas y adecuadas a todas las edades y gustos. Destacan representaciones teatrales en las que participan l@s vecin@s de la localidad, de danzas y bailes medievales, demostraciones de oficios antiguos, talleres de encuadernación, ciclos de conferencias, exposiciones, ruta de tapas y menús, mercado medieval, etc.
De las distintas obras teatrales que recrean escenas que pudieron tener lugar en el Aguilafuente de 1472, la principal es 'El Sínodo de Aguilafuente', que reivindica el trascendental hecho de la introducción de la imprenta en España y la apertura a la modernidad.
El libro del Sinodal de Aguilafuente contiene las actas del Sínodo diocesano celebrado en la villa en los primeros días de junio del año 1472, bajo el reinado de Enrique IV. Al no tener ni portada ni título, se le denomina haciendo referencia abreviada a su contenido (en lugar de constituciones sinodales) y al lugar donde tuvo lugar el Sínodo, la villa de Aguilafuente.
Juan Arias Dávila convocó, en la Iglesia de Santa María, a representantes eclesiales y a laicos de su diócesis, un total de ochenta y cinco asistentes, que aprobaron una reforma de la vida eclesial (clerical y laical).
Las disposiciones del Sínodo intentaron poner remedio al caos de aquellos tiempos por las revueltas, bandos, escasa formación del clero y abusos cometidos.
Entre estas disposiciones destacan las que tienen que ver con los clérigos, a los que se les prohíbe portar armas, se les obliga a la formación intelectual, que hay que conseguir en el plazo de cuatro años en el Estudio General (que dirigía el propio Arias Dávila); y se reforma el ministerio pastoral (con la búsqueda del respeto y la pureza en el culto) y la liturgia (calendarios, oficios...).
Para los laicos se elabora la reforma en el culto, en el matrimonio (prohibiendo los realizados sin testigos y los divorcios sin conocimiento de la Iglesia) y en el derecho patrimonial.
Representación teatral
La representación teatral esta dirigida e interpretada con gran rigor histórico tanto en el lenguaje, como en la caracterización de los personajes. Se explica cómo el Sínodo fue convocado por el obispo de Segovia, Juan Arias Dávila, hombre culto y poderoso que pretendió la reforma de costumbres del clero y del pueblo.
Al Sínodo, presidido por Arias Dávila, asistieron ochenta y cinco asistentes, entre representantes del Cabildo, arcedianos, arciprestes, abades, priores de los monasterios, curas y clérigos de la diócesis segoviana; pero también laicos que representaban a las poblaciones y a los diversos estados, incluida la monarquía. Todos ellos aparecen citados en el libro, de forma que se conocen sus nombres y los lugares a los que representaron, y así se refleja en la representación teatral.
Fuente: fiestashistoricas.es
El Sinodal de Aguilafuente: el Libro
El Sinodal no es un incunable más, como se denominan a los libros impresos antes de 1500. Es el primero impreso en España, en 1472, y en castellano. Salió del taller que el maestro impresor alemán Juan Párix, natural de Heidelberg, abrió cerca de la antigua catedral, en el barrio de las Canonjías, como lo recuerda una placa en la calle Velarde, colocada cuando se cumplió el quinto centenario de la efeméride. 'No sabemos cuántas ediciones se hicieron del Sinodal de Aguilafuente, quizá tres, pudieron ser 500 ó 700 ejemplares, no lo sabemos. La realidad es que solo nos ha llegado uno', explica Fermín de los Reyes, uno de los mayores expertos de España en incunables, en historia de la imprenta y comisario de varias exposiciones relacionadas con la imprenta y Juan Párix.
Es un libro de 48 páginas, más 15 en blanco, con papel basto con buen gramaje y sin dibujo, de 17,5 x 23,5 cms, sin signaturas topográficas, foliación impresa y reclamos. Cada página tiene 28 líneas. Su letra es romana con algunas letras góticas y variedad de caracteres en algunas letras. Posee letras capitales, alguna con dibujo y realizada a mano. Su encuadernación es de piel sobre tapa de madera y tuvo dos cierres, 'todo de estilo mudéjar', desvela José Miguel Espinosa, canónigo archivero de la Catedral de Segovia, y confirma que 'se reencuardenó en 1983'.
La primera curiosidad del incunable la apunta el canónigo archivero. En una de sus primeras páginas está anotado, a mano, que es un libro de 1462, aunque, a continuación, se rectifica el error y se aclara que no fue un encargo del obispo Juan Cervantes sino de Juan Árias Dávila. 'Entre ellos hubo dos obispos más en Segovia', precisa el canónigo.
El Sinodal presenta algunas características que apuntalan su condición de ser el primero que se imprimió en España. 'Sigue el modelo de escritura cortesana de algunas letras como la E mayúscula en forma de semicírculo. También —añade— vemos lo irregular de la colocación de las letras, imperfección de los caracteres de esta primitiva imprenta'.
La obra salió de la imprenta de Párix a finales de 1472 o principios de 1473 pues, tal y como se refleja en una de sus páginas, el obispo ordenó que el contenido del sínodo fuera difundido en seis meses entre sus destinatarios, sacerdotes de la diócesis y alumnos del Estudio General que Árias Dávila abrió junto al Palacio Episcopal, entonces aledaño a la antigua catedral de Santa María, junto al Alcázar.
'El estado de conservación del Sinodal es perfecto. Además los incunables del siglo XV están hechos con un papel de extraordinaria calidad y, por esta razón, llegan a estar mejor conservados que otros de siglos posteriores', explica, por su parte, Fermín de los Reyes, que recuerda como todo el patrimonio bibliográfico, también el que se conserva en la Catedral de Segovia, se custodia en unas especiales condiciones de seguridad y conservación.
La historia del hallazgo del Sinodal de Aguilafuente encierra otra de las curiosidades que rodean a la obra. Diego de Colmenares (1586-1651), en su ‘Historia de Segovia’ (1637), dio por primera vez noticia del impreso, pero al no haberse visto después el ejemplar, los bibliógrafos no le creyeron. 'En 1930 lo describió el canónigo archivero [Cristino Valverde] y el libro salió, físicamente a la luz', comenta, por su parte, Fermín de los Reyes.
El descubrimiento cambió la historia de la imprenta en España pues hasta entonces se creía que el primer libro impreso era ‘Obres o trobes en lahors de la Verge María’, del impresor Lambert Palmart (Valencia, 1474). 'Solo hay un ejemplar del Sinodal, imagino —dice Fermín de los Reyes— que el resto se repartirían por la diócesis de Segovia. Llegarían otros sínodos y aquel, el de las actas de Aguilafuente, dejó de utilizarse, y desaparecieron. Quizá haya algún ejemplar del Sinodal oculto en el cajón de alguna sacristía y no lo sabemos'.
Fuente: Sergio Arribas, publicado en eldiasegovia.es
Juan Párix
Juan Párix, era natural de Heidelberg, una ciudad alemana cerca de Maguncia, donde Johannes Gutemberg (1400-1468) inventó la prensa de imprenta con tipo móviles moderna, hacia 1440. Llegó procedente de Roma, donde ya ejercía como maestro impresor. Fermín de los Reyes explica que
'La imprenta era un gran cachibache, de dos metros de alto, de madera, con mecanismos para ejercer la presión (…) Lo importante eran los tipos móviles, que eran muy costosos. No eran tipos germánicos, que eran góticos y angulosos, sino de letras redondas y claras. Estos tipos y otros elementos delatan que Párix procedía de Roma'.
Párix llegó en 1472 a Segovia llamado por el obispo Juan Árias Dávila. Por aquel entonces Segovia era un importante centro político y económico, sede de la corte de Castilla.
Quizá Juan Párix abandonara Segovia por falta de trabajo, aunque De Los Reyes sospecha que se marchó por una situación «casi novelesca». Pedro de Osma, «compañero de Árias Dávila», publicó un tratado de confesión que «llegó a ser prohibido y quemado» por la Inquisición, lo que motivaría a Párix a poner tierra de por medio. Se marchó a Toulouse, donde estableció un taller de imprenta, hasta que falleció en el año 1502.
Origen y sentido del Sinodal
Cuando hace unos años, allá por 2003, se puso en marcha el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, su primera publicación fue el facsímil del Sinodal de Aguilafuente, libro emblemático de la cultura española. Ese mismo año, unos meses después de salir a la luz, se presentó el Sinodal en Aguilafuente y, para sorpresa de todos, la villa llenaba sus plazas y abarrotaba una iglesia de Santa María engalanada para la ocasión. Su presencia mostraba el interés que suscitaba el primer libro impreso en España y que tenía el nombre de su villa. ¡Un pueblo en torno a un libro antiguo! Desde entonces, Aguilafuente tomó la iniciativa de reivindicar el trascendental hecho de la introducción de la imprenta en España, la apertura a la modernidad.
Fue así cómo se fueron ampliando las actividades que, año a año y el primer fin de semana de agosto, han movilizado a todo un pueblo en torno a un libro. Porque el “Sinodal” no pretende ser una fiesta más para atraer turismo, es un acontecimiento cultural en sí mismo, aúna cultura con entretenimiento. Las actividades, de alta divulgación, enseñan, entretienen, crean conciencia de la importancia de la imprenta y de su introducción en España.
Texto: sinodaldeaguilafuente.com