Alameda, localidad malagueña, todos los años desde 2016, vive la Recreación Histórica 'Vida y Muerte de José María El Tempranillo'. De viernes a domingo del cuarto fin de semana de septiembre, los bandoleros toman la localidad y nos proponen disfrutar de las diferentes escenificaciones teatrales de la época y de la muerte de este bandolero.
Esta representación, organizada por la Asociación de Recreación Histórica 'Vida y Muerte de José María El Tempranillo', nos muestra con el máximo rigor histórico cómo ocurrieron los hechos de los últimos momentos de la vida de 'El Tempranillo', el cual fue herido de muerte en el cortijo de Buenavista, y posteriormente trasladado a Alameda, donde finalmente murió. Fue enterrado en el antiguo cementerio, hoy convertido en patio mausoleo del bandolero, anexo a la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Alameda. Estamos hablando del año 1833.
Los actos comienzan el viernes, a las ocho de la tarde, con un pasacalles en el que participan caballos, para posteriormente dar paso a la inauguración oficial de la recreación con la lectura del pregón oficial.
Las escenificaciones tienen lugar el sábado y el domingo. El sábado a partir de las doce del mediodía tiene ligar un pasacalles donde asociaciones culturales de recreaciones históricas procedentes de toda Andalucía, vestidas con trajes de época, participan en la ofrenda floral que se realizará en la tumba mausoleo donde reposan los restos del bandolero. También acoge representaciones a lo largo de todo el día que recorre la vida y hazañas del bandolero, en la que participan más de 200 actores, que culmina con la escenificación del entierro de José María El Tempranillo.
El broche final del encuentro tiene lugar el domingo, a partir de las dos del mediodía, con una gran trabucada.
Muerte de un bandido generoso
Algunos historiadores señalaron que José María fue asesinado en Despeñaperros, cuando escoltaba una diligencia. Estas inexactitudes, que perduran hoy en día en publicaciones recientes, se explican por una pésima información y, sobre todo, porque José María 'El Tempranillo' se convirtió ya en vida en un mito popular, entrando de lleno en la leyenda, en la que se desfigura la realidad y se magnifica todo aquello relacionado con su vida y muerte.
La muerte del más famoso de los bandoleros ocurrió de la siguiente manera. José María cabalga, con algunos de sus hombres, en las cercanías de la Sierra de la Camorra, con su labor de exterminio de la delincuencia. Era la mañana del domingo 22 de septiembre de 1833. En efecto, unos ladrones se hallan en esa zona y viéndose perseguidos han buscado refugio en el cortijo de Buenavista, a dos kilómetros de Alameda.
Hasta allí se acerca José María con sus hombres. Ordena reconocer el cortijo y, en ese momento, disparan a uno de sus hombres, que cae herido. De inmediato, otros dos disparos hieren gravemente a José María. Los agresores consiguen huir a la sierra. Sin pérdida de tiempo lo trasladan a Alameda, en donde es instalado en uno de los mesones de la calle Granada, la Posada de San Antonio. Allí recibe los cuidados del médico, pero sus heridas son mortales. Él lo sabe y por ello se dispone a dictar su testamento y a recibir los auxilios espirituales del párroco. Ese mismo día moría José María, rodeado en el lecho de sus antiguos y fieles compañeros. El 24 era sepultado, con entierro llano, en el viejo cementerio, hoy patio de la parroquia de la Inmaculada Concepción de Alameda.
Su testamento fue dictado ante Jerónimo Orellana, único escribano de Alameda en aquella época. Llama la atención la precariedad de bienes de José María, aunque no nos sorprende demasiado, dado su generoso carácter. De todas formas es curioso que sólo dispusiese de dos caballos, algunos bienes más y un montón de préstamos que nunca llegaría a cobrar.
De algunos documentos, se desprende que la muerte de José María no fue un crimen accidental o fortuito, fruto del arrebato momentáneo de un homicida, sino un hecho premeditado por un círculo de bandidos que no aceptaron el radical cambio que se produjo en la vida de este personaje. Con José María 'El Tempranillo' desaparece la figura mítica del bandido generoso. Después de él nadie supo ni pudo imitar su estilo. Tocó fin la época romántica del bandolerismo andaluz.
Texto: José Antonio Rodríguez Martín, Cronista Oficial de Alameda y autor del libro biográfico 'José María, el Tempranillo'
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