Fiestas, Ferias, Romerías... de Valencina de la Concepción

Es la única romería del sur de España que está dedicada a la imagen de Nuestro Señor Jesucristo. El segundo domingo de octubre al salir el sol, se recrea un pueblo que peregrina y se vuelca. También el sábado anterior y lunes posterior se programan actos festivos.

La tradición cuenta que una gallina descubrió en el suelo una imagen del Cristo atado a una columna y a su lado una imagen que representaba la cabeza de San Pedro. Esto ocurrió en el año 1600 y, desde entonces, la devoción al Cristo de Torrijos ha existido en Valencina de la Concepción.

A partir de 1923 se organiza la Romería caminando hasta el santuario de Torrijos llevando en procesión la imagen de la Virgen de la Estrella, desde la Iglesia del pueblo hasta la Hacienda de Torrijos, lugar declarado Bien de Interés Cultural. Cuando la Virgen llega a la Hacienda se celebra la misa en el patio central. Cuando acaba la fiesta los romeros retornarán de nuevo a la Virgen hasta su Iglesia.

Desde principios de septiembre en Valencina se empiezan a reunir los grupos de amigos para empezar a organizar las carretas, hacer flores, pero hay carretas con un diseño especial que empiezan a ser preparadas a mediados de julio. A partir de septiembre ya se comienza a respirar en el pueblo ese aire especial de que se acerca el gran día del Torrijos, todo el mundo está contento, esperando que llegue la gran cita.

Coincidiendo con estas fechas se celebran actos religiosos en honor a la Virgen del Pilar, cuya imagen es trasladada, en Rosario de la Aurora, desde su Capilla a la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Estrella, donde tiene lugar un solemne triduo.

Cuenta la tradición que se encontraba el capataz buscando una gallina extraviada cuando descubrió en el suelo la imagen de Cristo atado a la columna y, junto a ella, una figura que representa la cabeza de San Pedro. Corría el año de 1600 y era el 29 de septiembre, celebración entonces de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Desde entonces, la devoción al Cristo de Torrijos ha estado profundamente vinculada a Valencina de la Concepción.

Apunta Santiago Montoto que ya en el siglo XIX, acudían gentes en caballos y carros engalanados desde Valencina, la comarca del Aljarafe y el sevillano barrio de Triana a esta singular romería, lo cual se venía produciendo desde 1601, cuando surge la romería de forma espontánea por el primer aniversario del hallazgo.

A diferencia de hoy en día, se celebraba los cuatro domingos de octubre, y algunos historiadores comparan su importancia con la propia Semana Santa de Sevilla. Otros autores como Benito Más y Prat, Gustavo Adolfo Bécquer o los Álvarez Quintero, entre mucho otros a lo largo de los siglos, se refieren a esta romería.

También en el arte se prodigan reproducciones que dan prueba de la gran devoción al Cristo, estando documentadas obras anteriores a 1672. Especial atención muestran los autores por la fiesta, popularmente conocida como 'los Carros de Torrijos', 'la Feria de Torrijos' o 'la Feria de Triana' según la época, durante el romanticismo y el costumbrismo, destacando sobremanera las obras firmadas por Gonzalo Bilbao o Cabral Aguado, y de artistas extranjeros como E. Thierry.

A comienzos del siglo XX sufre una leve decadencia arrastrada. Aún así, pueblos como Gines, Salteras, Olivares, Villanueva, Carrión de los Céspedes, Camas, Santiponce, Castilleja de la Cuesta y otros de la comarca, acudían de forma organizada a la romería, algunas con estandartes a caballo o en carretas tiradas por bueyes.

A partir de 1923, los vecinos de Valencina, organizados en una comisión, tomaron la determinación de sacar su Patrona en procesión hasta la Hacienda cada segundo domingo de octubre, teniendo aquí origen la Hermandad que años más tarde sería reconocida por el arzobispado sevillano. La Virgen de la Estrella es acompañada desde la parroquia por numerosos devotos en carros engalanados, a pie o a caballo.

Cuando la Virgen llega a la Hacienda de Torrijos se celebra la misa en el patio central de ésta, para más tarde introducir la imagen de la Virgen en el interior de la capilla. Por la tarde, antes de partir, se reza el Santo Rosario.

La Hacienda de Torrijos, situada junto a la carretera que va de Salteras a Valencina de la Concepción, en su origen no se trataba de un edificio religioso, pero la historia lo torno religioso, gracias a los hechos acaecidos. La Hacienda se encuentra situada fuera del casco urbano de Valencina de la Concepción y fue una antigua fortaleza militar árabe, como testimonian sus murallas y torres, que perteneció a Torija Tabaraid.

Cuenta la tradición que el día del Arcángel San Miguel, 29 de septiembre, del año 1600, se encontraba el capataz buscando una gallina extraviada cuando descubrió la imagen del Santísimo Cristo de Torrijos en la muralla contigua a su Capilla, donde hoy se encuentra un retablo del siglo XVIII que preside la imagen del Cristo atado a la columna (conocido como el Cristo de Torrijos) es una figura de mármol sin pulimentar policromado y de estilo gótico, de tamaño natural.

Desde entonces y por cesión gustosa de su propietario de la Hacienda, el Marqués de Casamendaro, al pueblo, se peregrina hasta la Capilla cada segundo domingo y último de octubre.

En la capilla se encuentra la imagen del Cristo de Torrijos, imagen muy venerada en los alrededores. La Imagen, de talla de tamaño natural, representa a Jesucristo atado a la columna. Acompañan a la imagen el gallo y la cabeza de San Pedro, a manera de atributos personales, símbolos de la negación de este Santo.

Además de las esculturas y lienzos, cuenta con una colección de lámparas de plata, del siglo XVII y otras del XVIII. A pesar de ser un oratorio privado, la relación devocional con la población es bastante grande, especialmente durante los siglo XVIII y XIX.

Desde esos siglos hasta el día de hoy, se encuentran en la Capilla infinidad de exvotos, suponiendo la colección más numerosa e importante conservada, al menos, en la provincia de Sevilla.

Destacan también las bulas e indulgencias que los pontífices a través de los siglos han otorgado a los devotos de la imagen. La primera documentada data de 1632 y la más reciente del año 2000, por el Cuarto Centenario del Hallazgo del Santísimo Cristo de Torrijos.