Fiestas, Ferias, Romerías... de Ontinyent

Este personaje de la cultura tradicional ontinyentina es famoso por dos características que lo hace peculiar: 'tinga tants nassos com dies queden en l'any' (tiene tantas narices como días quedan en el año) y además sólo se puede ver el último día del año, si hay suerte.

El 'Home dels Nassos' llega a Ontinyent, en tren o autobús y recorre sus calles hasta que oscurezca intentando pasar desapercibido. Se encontrará con una fiesta infantil organizada al efecto para recibirlo como se merece y con l@s niñ@s que salen con su familia o con sus amigos, para emprender la empresa difícil de  encontrarlos en las calles. Es conveniente pedir colaboración a las personas mayores, a las que pasan y a las que están en las tiendas, preguntándoles si lo han visto por algún lugar. 

Todo el mundo tiene ganas de verlo, y hay quien dice que ha llegado a hablar con él.

El 'Hombre de las Narices' o de 'las orejas' no es ni desasosegado ni 'torracastanyes', sino un personaje de nuestra cultura popular, antes conocido, ahora dormido en el túnel del tiempo pero que amenaza con volver y revivir.

Quién es el personaje en cuestión, conocido generalmente por 'Home dels Nassos'?. Tiene su día, sin ser santo, el 31 de diciembre. Muestra tantas narices como días del año; un nido de narices en la cara. Está todo el año escondido y sólo se deja ver, si hay suerte, el último día del año. El trabajo de doce meses lo hace en un instante. Se mueve tanto, que él solo, parecen muchos. Ahora se ve por aquí, luego por allí, y antes en dos lugares a la vez. Más que rápido, es veloz. Capaz de subir al tren de las diez, en Alcoy, y aparecer en la estación de Valencia, a las nueve. No tiene mérito?. Dicen que quien no trabaja en todo el año, trabaja el 31 de Diciembre. Imagínese!.

Texto: Francesc Gisbert

Según el folclorista Joan Amades, el hombre de las narices parece ser una degeneración de un personaje mítico que simbolizaba el transcurso del año. El personaje habitaría en la base de un árbol -el árbol de las narices, en catalán, l'arbre dels nassos- que según Amades sería el origen de este mito.

Pero, de donde nace la creencia? La cosa viene de lejos. Es muy probable que recordando a la divinidad pagana Janus, el dios de la puerta (Janua, en latín, de donde viene  januarius, enero). Jano era el dios de las dos caras. Una de anciano, el año Viejo, que mira el pasado y cierra el año con una llave; y otra de joven, que mira el futuro y brinda con una copa para llamar a la suerte. En la misma línea está el 'Humareda', quien según Juan Soler 'tiene cuatro ojos delante y cuatro detrás'. O el 'Hombre de las Orejas', su primo hermano, aún vigente en Cocentaina, 'con más orejas que días quedan al año'.