Estas fiestas comenzaron a celebrarse en el año 1929, coincidiendo con el 700 aniversario de la conquista de Mallorca. Desde entonces, la celebración ha tenido altibajos, pero desde los años 70 viene celebrándose con regularidad el desembarco de las tropas catalanas bajo el mando del Rei Jaume I, el 9 de septiembre de 1229.
En torno a esta fecha, 9 de septiembre, se celebran multitud de actos, el más emblemático de los cuales es una representación del desembarco y la lucha entre cristianos y sarracenos en las playas de Santa Ponça.
Las Fiestas del Rei En Jaume, también conocidas como Fiestas del Desembarco, están consideradas la Fiesta Grande y son el acontecimiento cultural y festivo más representativo del municipio de Calvià.
En el año 1996 dentro del programa de las Fiestas se recuperaron los premios Calvià pasándose a llamar Premis Rei En Jaume con tres modalidades: pintura, poesía e investigación.
En la actualidad, estas fiestas combinan el conocimiento histórico (actividades tradicionales y de conmemoración histórica), la cultura popular, el arte y las actividades de ocio y música más actuales y atractivas.
Los Moros y Cristianos de Santa Ponça
Las primeras batallas de la conquista de Mallorca del año 1229 por parte de las tropas del Rei en Jaume I se reproduce, al inicio del mes de septiembre, en el lugar exacto en el que la historia sitúa los primeros escarceos entre los conquistadores catalanes y los defensores sarracenos, en la zona donde se halla en la actualidad la Creu del Desembarcament de Santa Ponça.
Han pasado más de 778 años de aquellos sucesos históricos fundamentales para entender la Mallorca de hoy en día, y los calvianers han hecho suyos los episodios, transformándolos en la Fiesta Grande de Calvià, un simulacro de batalla entre moros y cristianos que gana adeptos cada año que pasa y destaca por su colorido y buen ambiente entre los participantes.
Sobre las cinco y media de la tarde, la Bahía de Santa Ponça se llenó de embarcaciones cristianas engalanadas para la ocasión que esperaban únicamente la orden del monarca conquistador para desembarcar en la costa mallorquina. Las tropas sarracenas se preparaban para la inminente batalla con la única idea de contener el avance del Rei en Jaume y sus caballeros.
Poco después, las huestes del conquistador tomaron tierra en la isla deseada y se produjo la primera lucha cuerpo a cuerpo entre moros y cristianos en los alrededores de la Creu. La guerra había empezado, aunque tras la primera batalla los dos bandos iniciaron el tradicional desfile en dirección al Caló de'n Pellicer, donde la historia sitúa el escenario de la segunda batalla entre moros y cristianos el 10 de septiembre de 1229.
Por Lorenzo Gutiérrez, publicado en diariodemallorca.es
Un desfile lleno de color
El desfile de las dos tropas enemigas es uno de los actos más esperados de la jornada por su singularidad y colorido. Al son de la Banda Municipal de Calvià y otras agrupaciones musicales, las diferentes collas de los dos ejércitos caminaron mostrando sus entandartes y luciendo sus trajes característicos, propios de la imaginaria de la fiesta. Los socialistas de Calvià, un año más, lucieron unos de los trajes moros más vistosos. Los gigantes de Calvià, que encarnan al Rei en Jaume y a la reina Violant d´Hongria, acompañaban a la comitiva, al igual que los caballos de diferentes clubes hípicos del municipio, que contribuyeron a aportar realismo al desfile de guerra.
Tal y como marca la tradición, las dos tropas rompieron el paso en el 'Caló de'n Pellicer', situado entre la Creu y la Platja Gran de Santa Ponça, para enzarzarse en la segunda batalla que supone el preludio del encuentro más sangriento, la batalla final, que se produciría poco más tarde en la playa principal del núcleo y que, un año más, volvieron a ganar las tropas del Rei en Jaume para no traicionar a la Historia.
La batalla de la Platja Gran es la más vistosa por su duración e intensidad. Desde hace unos años, la gran batalla viene precedida del llamado Ball dels Escamots, un baile de bastones de procedencia moderna donde participan representantes de las diferentes collas.
Pero si en 1229 la playa de Santa Ponça quedó teñida de sangre por la dureza de las batallas que tres meses más tarde culminarían en la entrada del Rei en Jaume a Madina Mayurqa, ahora la jornada culminó con una gran fiesta musical. Tras la lucha, el baile.
Por Lorenzo Gutiérrez, publicado en diariodemallorca.es
Programa de actos - Año 2023
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