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Las únicas fiestas de Moros y Cristianos que se celebran en Galicia

El Concello de Rairiz de Veiga, en el interior de la Provincia de Ourense, atravesada por el mítico 'río del Olvido', habita la tradición y cierta esencia de la Galicia rural agraria. Parajes montañosos, vigilados por torres que se disputaban monasterios y los propios Condes de Monterrei y Moctezuma.

También se cuenta que aquí nació la bella, malograda y enamorada esposa de Pedro el Cruel, Inés de Castro, reina después de muerta.

Estos espacios, desde 1840, se transforman en escenario donde, en la mañana del domingo más próximo al 24 de Septiembre,  miles de romeros se reúnen bajo la sombra de un viejo roble que sirve como una fortaleza para volver a vivir una historia en honor a la Virgen de la Merced, que nunca debiera repetirse: las batallas medievales entre los cristianos y los invasores 'moros', reclamando una décima parte de 'Cien Doncellas'.

Tal batalla campal, entre sermones y cánticos, no puede rematar más que en fiesta de liberación de cautivos y confraternal baile, mesa bien servida, brindis, fuegos artificiales, música y la quema del castillo rebelde.

Esta Fiesta congrega a miles de romeros. En el Campo del Castillo de la Saínza tiene lugar esta representación entre los dos bandos representantes del bien y del mal.

Sin heridas entre Moros y Cristianos

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El bando cristianos desfila hacia el campo de batalla

Impío, cobarde! son algunos de los gritos entre moros y cristianos que se pueden escuchar en el campo de batalla de la Romaría da Saínza, en Rairiz de Veiga, en donde cada año los musulmanes pierden su castillo y son obligados a convertirse al cristianismo y desfilar ante la Virgen de la Mercé, en cuya honra se celebra una fiesta declarada de Interese Turístico Galego en el año 2000.

El arrodillamiento de los prisioneros y los insultos más hirientes -por parte de ambas religiones- fueron eliminados a comienzos de los años 80, cuando se tradujo al gallego el texto de una recreación histórica que ya se documenta en 1850 y que se remonta a otra romería que se celebraba en el lugar en el siglo XVI.

Ni los cañones, ni las lanzas de la caballería cristiana -el ejército 'moro' no tiene caballos- consiguieron herir las sensibilidades del importante colectivo musulmán que se asienta en la zona (la villa de Xinzo de Limia cuenta con una importante colonia magrebí).

Los organizadores de la Romaría da Saínza, celebrada hace tan sólo diez días, decidieron no variar un ápice el guión que interpreta desde hace treinta y cinco años el mismo capitán cristiano y hace más de diez su homólogo musulmán, ambos vecinos de la zona. Sólo se incluyó por primera vez un asalto nocturno al castillo y paulatinamente en los últimos años mujeres 'doncellas' se alistaron en ambos ejércitos, antes vetadas en este tipo de procesiones.

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El final ya se conoce, vencen los cristianos

Nunca han recibido quejas de los seguidores de Mahoma y algunos musulmanes incluso se integran en la fiesta para instalar puestos ambulantes en el recinto. 'Se escapó del insulto burdo, sólo hay acusaciones, pero en ambas direcciones', explica el autor de libro 'A romaría da Saínza: Mouros e cristiáns', investigador y miembro de la coordinadora de la fiesta, Delfín Caseiro. 'No se cae en la ridiculización y no es comparable a las cabezas de Mahoma', defiende.

De hecho, los trescientos magrebíes que se asientan en la capital de comarca vivieron de forma distante este festejo -que paradójicamente coincidió con el inicio del Ramadán-. 'Hay gente profundamente religiosa que no le da importancia. Sin embargo, cuando fue lo de las viñetas de Mahoma alguno se manifestó en contra', afirma José Losada desde una de las asociaciones musulmanas de Xinzo, que ya forman auténticas familias de población árabe, con su mezquita, entre los 10.000 habitantes de la villa.

En aquel momento de conflicto, el imán de la comunidad accedió a fotografiarse con el párroco delante de una iglesia, para poner fin a cualquier duda. Pero ahora no ha hecho falta. 'La religión es una forma de entenderse, no de armar polémica. Ellos son religiosos, no fanáticos', concluye Losada, que se ha encargado de tramitar los estatutos y ayudas a la asociación magrebí.

Antón Rivero forma parte de la corporación que cada año organiza esta fiesta de Interés Turístico y entiende que sólo se trata de una representación histórica, que no ofende la cultura musulmana y, en base a las opiniones de historiadores y estudiosos, decide no cambiarla.

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La pólvora también esta presente en Rairiz de Veiga. Fotografía: Teresa Cela / La Voz de Galicia

Pero moros y cristianos se enfrentan en otras fiestas de Ourense y Galicia. En concreto en el también ourensano municipio de Laza, en los lugares de Retorta y Trez, existen dos representaciones que fueron recuperadas y ahora se incluyen en las fiestas patronales y en las que se simula una trifulca entre moros y cristianos a consecuencia del robo de un santo por parte de los musulmanes. Caseiro señala la importancia de esta representación, en un concello insigne por conservar costumbres ancestrales como el entroido. Vicente Risco documentó fiestas que recrean batallas de moros y cristianos en Bentraces y Manzaneda y en San Xoán de Río se celebró una hasta 1990.

Por Elena Ocampo, purblicado en farodevigo.es

La romería de A Saínza en un reportaje de 1929

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Almuerzo campestre en A Saínza. Fotografía: Jaime Solá (1929)

El veinte de noviembre de 1929, la revista 'Vida Gallega' dirigida por Jaime Solá, publicó un amplio reportaje escrito por él, titulado: 'Al borde de la Laguna de Antela. Tremenda lucha de moros y cristianos'. Se trata de una narración bastante detallada, y con múltiples notas de humor, de su visita a la romería de A Saínza. Además incluye fotografías, también realizadas por él, e ilustraciones.

Que sepamos, este valioso documento no se ha vuelto a difundir en los casi noventa años que median desde su impresión hasta hoy, y tampoco ha sido tenido en cuenta en publicaciones científicas sobre la romería; por lo que creemos conveniente reproducirlo casi íntegramente, debido a su alto interés histórico y etnográfico.

'Todos los años, el día 23 de Septiembre, se llena de gente, se alegra, se hace ruido, se viste de colores, se puebla de bestias lujosamente enjaezadas y de carros aldeanos colgados de banderas, ese rinconcito de la Limia que se llama la Sainza.

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Fotografía: Marcos Atrio

Llegan hasta él, asándose debajo de las capas, que, porque son caras y porque no pueden gastarlas ya la gente moza, son su lujo, los viejos aldeanos. Al hilo de la carretera que sigue hasta el poblado o el pelado campo de la feria, grita desaforado el saltimbanqui; atiza el fuego, cerca de su caldera, la pulpera; blanquean los techos de lienzo de los puestos de bebidas y de los teatrillos ambulantes; toca el bombo y los platillos el encargado del ruido infernal del tiovivo; los pobres muestran sus llagas y pregonan sus desdichas; canta al compás de su violín el ciego que poseyó la última zanfona que paseó las tierras de la Limia; atruenan las bocinas de los autobuses de Orense, de Celanova, de Allariz, del valle de Monterrei, de la raya portuguesa; hace trepidar la tierra la horrible pirotecnia; una música recorre los caminos; los curas de las parroquias inmediatas saltan de sus caballos a la casa del abad.

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Ciego tocando el violín

Es el día de Nuestra Señora la Virgen de las Mercedes, el de la lucha entre moros y cristianos; el día en el que el señor Manuel Araujo [ex-vocal del Centro Gallego de Cienfuegos], que fue hasta el año pasado jefe de los infieles detentadores del castillo [y este año le sucede su hijo], caracteriza de seres feroces, dignos del oprobio de la humanidad, a sus huestes sarracenas.

Muy de mañana, Vicente Feijoo, el peatón postal [cartero] de Santa Baya, se afeita cuidadosamente, ata las espuelas, se cala el sombrero de dos picos, se viste de jefe cristiano a la moderna, y monta en el caballo más prestigioso y mejor educado de la aldea. Caracolean alrededor de su esplendor los jacos de sus subordinados, los defensores de la fe y portadores de una bandera española de los tiempos en que ya no había luchas entre moros y cristianos.

Con toda seriedad se aperciben estos hombres arriscados a ser actores de los acaecimientos que han de hacer memorable la jornada. Van a vivir en pleno anacronismo, interpretando el más animado, más bello y más jocundo cuadro colorista.

La llanura, en las inmediaciones del castillo, parece un campamento. Veis alrededor o aparecen, asomando por los bosques, las más alegres y las más amenas caravanas. A veces, saltando de bache en bache, surge el carro engalanado, que avanza perezosamente como un escarabajo que se hubiese vestido de colores. Antaño esos carros constituían lo típico de esta fiesta de animación y colorido. Ahora acuden pocos. Es demasiado heroísmo el de pasar cinco o seis horas dando tumbos por las corredoiras cuando los autobuses, que afluyen de todas partes, traen el pocos minutos al romero desde los más apartados rincones provinciales. Pero hay «enxebres» que aman la tradición y no sabrían ir a la Sainza como no fuese arrastrados por sus bueyes. Hágase una lista de ellos para concederles la cruz del sufrimiento por la patria.

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El ejército moro posa frente al castillo, con la multitud de romeros a sus espaldas. Fotografía: Jaime Solá (1929)

Pero el automóvil no ha desenterrado a la caballería, y la presencia de tanto cuadrumano es lo que realmente da al visitante de la Saínza el día de la fiesta, la sensación de que se halla en un campamento militar. Mulas, caballos, borricos se apoderan del terreno. Y muchas veces hacen el papel de parasoles, a cuyo amparo consume el aldeano las primeras vituallas. El sol tiene la costumbre de arder en su púlpito azul, si el día es claro. Y si no supieseis que el petrucio de la capa viene a darse tono de hombre de posibles, le creyerais, desesperado y exánime, cumpliendo una promesa. Yo hice una fotografía del grupo típico del encapotado y su compañía. Y pensé en Don Quijote con Sancho, su escudero.

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Los niños también libran la batalla de moros y cristianos. Fotografía: Miguel Villar / La Voz de Galicia

(…) los jinetes cristianos (…) iban en guerrero tropel hasta Santa Baya donde está la iglesia parroquial, a buscar la imagen de la Virgen(…). Lejos sonaron unas bombas. Salía de Santa Baya la procesión de las Mercedes. Venía hacia el castillo. Y alrededor de este pululaban veinticinco mil personas y cinco o seis mil bestias, sin contar las encubiertas.'

El periodista le preguntó a un hombre mayor si allí todos eran de buena posición porque venían a caballo y éste le contestó: “–No, señor, esto le es porque aquí mantener a una caballería no le cuesta nada. Cuando se seca la laguna y la laguna cuasi le está seca todo el año, se echa a las bestias a pastar en ella. Allí están cinco o seis días hasta que hay que salir a alguna feria. Y a las veces, cinco o seis meses.

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Romeros dirigiéndose al castillo de la Saínza, vigilado por un moro

Y me convence mi interlocutor de que la laguna Antela es algo más que un criadero de sanguijuelas. Es el comedor público, organizado por la filantropía de Dios para que las pobres bestias no se mueran de hambre y los viejos petrucios puedan recorrer la llanura debajo de sus pesadas capas de lujo, conservando un poco de vitalidad por si algún día caen bajo el poder de las sanguijuelas. (…)

En tres de los cuatro frentes del pétreo baluarte [los pirotécnicos] colocaron sendas filas de torpedos. (…) Frente al castillo coloca otro pirotécnico una alambrada: es una traca. Y entre las dos huestes que van a pelear reparten sendos pirotécnicos sendas grandes cestas llenas de bombas de mano. (…) un moro feroz, de amplio turbante y de ruidoso cornetín, toca desaforadamente. (…) Debe ser a zafarrancho de combate, porque la procesión está cerca ya, empieza a detenerse en la carretera próxima y los cristianos se desplegaron y asedian a distancia a nuestro baluarte. (…)

[Y] toman posiciones delante de nosotros. Pero como delante de nosotros hay una masa de diez millares de personas y la Guardia civil es casi impotente para hacerla despejar, se apela a un recurso ya acreditado en la Sainza.

Este recurso son las bombas de mano. Se arrojan desde el castillo –las filas moras- y se arrojan desde las filas españolas. Primero caen y explotan en el descampado. Y como éste es pequeño aún, después comienzan a caer entre los pies de la multitud. La cual viendo que el combate va más con ellos que con los luchadores oficiales, se retira sobrecogida y palpándose los huesos. (…)

Dos caballeros cristianos galopan hacia el castillo (…) a intimar la rendición. Pero los moros no se avienen a oír razones.

Entonces uno de los emisarios [cristianos] se indigna, enrojece, ahueca la voz y grita:

– ¿Queredes gerra? (sin intervención de la u). Pues gerra tenderedes- Y parten como vinieron. (…) La lucha parece inevitable.

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Algunos de los caballeros cristianos. Fotografía: Jaime Solá (1929)

En tanto, la procesión está sobre la carretera. Los estandartes asoman sobre las cabezas de la multitud, y se ve a la Virgen de las Mercedes, que al ver las grandes barbas de los moros acaso tiembla por la muerte de los defensores de la fe, en su blanco y alegre carrito orlado de guirnaldas. En toda la llanura, a pesar de ocuparla tantos miles de almas, reina el silencio precursor de los grandes acaecimientos. (…) se masca la tragedia. Claro está que como es ya hora de comer, no es eso tal vez lo que quisiera mascar la concurrencia.

Pero un rayo de reflexión debe penetrar hasta el cerebro de los jefes combatientes (…) Una ligereza suya puede costar la vida a los luchadores de los dos grandes ejércitos, que suman entre todos dieciocho o veinte hombres. Se hace caso omiso de los prisioneros cristianos, jóvenes imberbes que, todos sobrecogidos, cargados de imaginarios grillos y cadenas, ocupan la terraza de la fortaleza.

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Fotografía: Marcos Atrio

Delante de esta, como a quince metros, hay, clavados en la tierra, dos disformes trozos de piedra [los pedestales desde los que dialogan los jefes moro y cristiano]. Ocupan aquel lugar de modo permanente. Es muy largo lo que se dicen. Hay que condensarlo:

– En nombre de Dios todo poderoso, y del rey de España, mi señor, os envito a que entreguéis esta fortaleza que tan injustamente detentáis –dice el jefe cristiano-.

– En nombre de Mahoma, que es el verdadero Dios os contesto que solo os entregaré este castillo si lo conquistáis con la punta de la espada.

Y en seguida, se enzarzan en una altisonante conversación de muchos minutos. (…)

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Dibujo representando a algunos de los soldados cristianos a caballo.

Lo hacen en castellano. Como esto me pareciese raro, dialogué con unos ancianos que se me ocurrieron muy adecuados para desempeñar el papel de cronicones.

– ¿Siempre se habló así?

– No, señor; antes discutían en gallego. Se habla en castellano desde que murió el canónigo, hace cuarenta años.

– ¿Qué canónigo era ese? ¿Cómo se llamaba?

– Era de este lugar, de aquella casa que hay allí, al pié de aquella taberna; pero no le sabemos cómo se llamaba.'

[Abrimos un paréntesis para aclarar que solo pueden referirse a D. Manuel Alonso Dorado (1804-1871), originario de Rairiz de Veiga, beneficiado de la catedral de Ourense desde 1852 y canónigo de la misma desde 1857. Él fue el que restauró la capilla de A Saínza, fundada en 1721, y recuperó su romería a mediados del siglo XIX incorporando la representación teatral. Se dice que lo hizo por una promesa a la virgen de la Merced al haberlo salvado de perder la vida o la libertad en tierras canarias o africanas.]

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Fotografía: Marcos Atrio

'Oí después que los discursos de hoy son obra de D. Manuel Lezón, ilustre gallego, jurisconsulto notable, ex-registrador de la propiedad de Celanova, cuyas dotes de autor de arengas guerreras desconocíamos hasta el presente, y ahora, admirados, celebramos.

(…) El moro y el cristiano no llegan a otro acuerdo que el de hablar mucho.

Vuelven a sus caballos y se reintegran a sus posiciones. Vemos entonces cómo la banda de música, poseída de inesperado ardor bélico, se sitúa detrás de los cristianos. En ambas líneas, suenan los clarines. [Al jefe de los moros se le olvida parte del discurso  y le dijo al clarín de su partida:] –Perdín o fío. Sigue ti cornetín.

Y lo que no dijeron los labios del capitán lo dijeron los hinchados mofletes de su trompetín de órdenes.

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El ejército cristiano colocando su artillería frente al castillo. Fotografía: Jaime Solá (1929)

[El jefe cristiano arenga a sus tropas mientras se le escapan los estribos y se le cae el bicornio. Les dedica palabras muy hirientes] D. Manuel Lezón se ensañó verdaderamente con ellos. «Sarracenos malditos», «perros infieles» y otras cosas así van saliendo de los labios del iracundo campeador. (…)

Y llega por fin el momento de que la ira literaria se plasme en el encuentro decisivo.

Empiezan a explotar las bombas de mano. El castillo se enciende y revienta por todas partes. (…) [Entre el humo] la caballería cristiana galopa alrededor de la fortaleza. Y se oye a la música tocando una vertiginosa marcha guerrera. (…)

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Fotografía: Miguel Villar

En esto se acaba el bombardeo. El jefe moro  acude a la puerta del castillo a reñir la última pelea. El capitán cristiano, a pie ya, sube la escalera, espada en mano. Luchan cuerpo a cuerpo. Vence el representante de la razón, de la fe, del poder puesto en sus manos por la Virgen de las Mercedes. Y la espada del peatón de Santa Baya se clava en el corazón del hijo del ex vocal del Centro Gallego de Cienfuegos. Feijoo vence a Pérez. El moro se rinde al valor, a la fuerza y al cornetín de órdenes del cristiano.

Sube un guerrero a lo alto de la fortaleza, rompe las supuestas cadenas que aherrojan a los supuestos prisioneros –que ya están medio asfixiados- y la bandera española substituye, sobre la almena más alta, a la enseña de la media luna.

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“Pulpeiras” en la romería de A Saínza (1929)

Poco después galopan los nueve hombres del gran ejército cristiano hacia la procesión, y el capitán vencedor se coloca delante del albo carrito de la blanca Virgen y le da las gracias por su intercesión para liberar a los cristianos.

Así, con esta jocunda pantomima, el día 23 de Septiembre se rememoran en la Saínza, como en la Franqueira (…) los tiempos en que la Orden de la Merced desplegaba las alas de la caridad sobre las húmedas mazmorras donde los esclavos cristianos lloraban la ausencia de la libertad y de la patria detrás de los muros de Argel, la blanca y mahometana.

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La Batalla Infantil. Fotografía: Miguel Villar

[Terminada la contienda llega la hora de la comida a la sombra de la “carballeira”] El pulpo de la feria. Es el plato obligado, el freno del apetito, el cómplice del vino, el buen amigo del caminante, que necesita reponerse con algo fuerte. Sin él no se concibe la feria. A él le debe la mitad  de su salida el tinto del Ribeiro: de su salida de la tierra que lo da y de su entrada en el romero locuaz que suele devolverlo.”

 Por Alexandre de los Ríos Conde, publicado en vialethes.es

Para saber más

  • SOLÁ, Jaime, 'Al borde de la Laguna de Antela. Tremenda lucha de moros y cristianos', en Vida Gallega: Ilustración Regional, nº 431, Vigo, 20 de noviembre de 1929
  • CASEIRO, Delfín, A Romaría da Saínza: mouros e cristiáns, Ourense, 2003

Fotografías

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Fotografía: Marcos Atrio

Programa de actos - Año 2023

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'Si guerra queredes, guerra teredes'.
Viernes, 22 de septiembre

13:00h: Gran tirada de bombas de palenque.

17:30h: Juegos populares.

23:30h: Fiesta.

01:30h: Verbena con el grupo Yukatan.

03:30h: Disco móvil Show.

Sábado, 23 de septiembre

19:30h: Procesión desde la capilla hasta la iglesia.

22:00h: Actuación de la orquesta Galilea.

23:45h: Desfile del ejercito cristiano desde la capilla hasta el campo de batalla.

00:00h: 'Asalto ao Castelo' por parte de los moros.

00:30h: Verbena con la orquesta Galilea.

02:30h: Disco móvil Gramola.

Domingo, 24 de septiembre - Romeria da Saínza e Nosa Señora da Mercé

11:00h: Gran traca de bombas de palenque anunciará el inicio de los festejos.

11:30h: Alborada a cargo de la charanga Los Tamega.

12:45h: Procesión, desde la iglesia de Rairiz de Veiga hasta el castillo de A Saínza acompañada de la citada charanga.

12:45h: Misa solemne en el campo de batalla.

13:15h: Combate de 'Mouros e Cristiáns', en el que se rememorará un combate medieval entre moros y cristianos a ritmo de sables y el galopar de los caballos.

14:00h: Charanga Los Tamega animará la sesión vermú.

18:30 y 20:15h: Actuación de la orquesta El Combo Dominicano.

20:00h: Homenaje a personas destacadas en la romería.