Fiestas, Ferias, Romerías... de Verín

Los 'cigarróns', protagonistas del Entroido, hacen su aparición en la villa de Verín el 'Domingo Corredoiro', el anterior al de Entroido, tras la misa de la mañana saludando a los feligreses y llenando el ambiente de magia y excitación con sus danzas y el sonido ensordecedor de sus chocas.

Muchos son los rituales que se suceden en estas lúdicas fiestas desde semanas antes de los días grandes, como son los protagonizados por  mozas y mozos, enredados en guerras de sexos, en los 'Xoves de Compadres', el jueves anterior al de Carnaval, y los 'Xoves de Comadres', el jueves de Carnaval.

El 'Domingo de Entroido' o 'Domingo Gordo' de celebra el Gran Desfile de Carrozas, Comparsas, Máscaras y Cigarrones, amenizado por la Banda de Gaitas de Verín, y de las charangas, que recorre las calles de la villa, abarrotadas de gente.

El 'Lunes de Entroido', conocido como 'Lunes Fareleiro', tiene lugar la batalla de harina, un síntoma de ruptura de las barreras de la vida cotidiana, y antiguamente una manera que tenían los jóvenes de acercarse a las chicas y llamar su atención. 

El 'Martes de Entroido', también tenemos desfile de carrozas, comparsas, máscaras y 'cigarróns', que animan calles y plazas del centro de la villa.

El 'Miércoles de Ceniza', festivo local en Verín', es jornada de descanso de los excesos del Carnaval, hasta el atardecer en el que reunidos en la Plaza Mayor gentes enlutadas lanzan llantos y gritos lastimeros por la muerte del Carnaval, en el tradicional 'Entierro de la Sardina'.

El 'Domingo de Piñata' se cierra el Entroido con un almuerzo colectivo y la entrega del 'Premio Pescadilla' a la comparsa que más fascinados haya dejado a l@s vecin@s en el Desfile del 'Domingo Gordo'.

Un Carnaval para vivirlo.

En el Carnaval de Verín, cada día representa una sorpresa, algo diferente con sus respectivos significados. Por este motivo, en este apartado, tratamos de dar una explicación a cada día.

Es el primer día del Carnaval y la primera noche de mascarada colectiva.

Antiguamente las mozas hacían los compadres o muñecos que imitan la figura de un hombre, colgándolos en lugar visible, llegando incluso a quemarlos, siempre con la oposición de los mozos que trataban de evitarlo.

Es noche de hombres, aunque con el paso de los años son más las mujeres que también se animan, cambiando de rol y así disfrazándose de hombre.

Tras una buena cena en cualquier restaurante del lugar, a media noche todas las pandillas recorren las calles en compañía de charangas y el 'Carro do Meco', para alcanzar la Plaza Mayor.

Se comienza propiamente a 'correr el Carnaval', ya que a primeras horas de la mañana hay una descarga de cohetes y las principales calles de la villa se llenan de algarabía y música de las charangas.

Se celebra la primera concentración matinal de Cigarrones, que harán su aparición para saludar a todos los vecinos a la salida de la misa.

A la tarde-noche se celebra en la Plaza Mayor de Verín el primer baile de máscaras vespertino con la música de las orquestas, y tiene lugar la primera 'fariñada' (echar harina-mancharse de harina), ingrediente imprescindible del Carnaval verinense.

Miles de mujeres disfrazadas participan del Jueves de Comadres en cenas colectivas, atiborrando los restaurantes de la villa. A esta hora toda esta multitud se va juntando en las calles haciendo la procesión de la vela y las sábanas blancas para recibir al Carnaval y a la Reina del Carnaval en el Barrio de San Lázaro, haciendo su entrada por la calzada medieval que baja desde el Castillo de Monterrey, escoltados por los Cigarrones, para llevarlos en comitiva recorriendo las calles del casco viejo hasta el balcón de la Reina del Carnaval. 

Allí escucharemos el Pregón, caracterizado por la crítica social, la parodia, lo grotesco, lo burlesco, ridiculizando los hechos de la vida cotidiana, los oficios, los cargos públicos, los cortejos religiosos, la guerra, la justicia, la vida de los vecinos y otras manifestaciones de tipo social o profesional, así como todos aquellos acontecimientos o sucesos acaecidos a lo largo del año en la villa.

Tras esta ceremonia solamente queda seguir de juerga hasta altas horas de la madrugada.

Como anotación, comentar que antiguamente el jueves de comadres era lo contrario del jueves de compadres, en esta ocasión eran los mozos los que hacían el muñeco con hechuras de mujer, y eran éstas las que intentaban quitárselo a ellos.

Día en el que vecinos y visitantes participan juntos en la fiesta, amenizados por charangas y orquestas.

Procesión por las principales calles de la villa de capuchós y mascaritas.

Una descarga de cohetes y bombas, y alboradas con las charangas despiertan a todos los vecinos.

Por la tarde, en la 'Plaza del Cigarrón', y organizado por la Asociación del Cigarrón, acto solemne en el que los nuevos Cigarrones serán vestidos con todas las honras en presencia de toda la gente que quiera acompañarlos en ese día tan especial.

Asiste al acto la Reina del Carnaval y el Carnavalero Mayor. Hay también degustación gratuita de productos típicos como la bica y el licor café, amenizado dicho acto con diversas charangas.

A la noche, hasta altas horas de la madrugada, baile popular.

A primeras horas de la mañana vuelven a ser protagonistas las bombas y las charangas, pero que ya no serán tantos los que estén durmiendo, puesto que serán muchos los que estén aguantando, después de una larga noche de alegría y diversión, la llegada del desfile de comparsas y carrozas, que se concentran en el Barrio San Roque hasta su salida.

A las doce del mediodía comienza el Gran Desfile de Carrozas, Comparsas, Máscaras y Cigarrones, amenizado por la Banda de Gaitas del Ayuntamiento de Verín, y de las charangas, que recorrerán las calles de la villa, abarrotadas de gente, atestándolas de vida, de colores, de alegría, de música, de diversión y despreocupación, siendo numerosa la multitud entre máscaras participantes y espectadores, que terminan por aglutinarse en la Plaza García Barbón al finalizar el desfile popular.

Desde la tarde hasta la noche, diversas orquestas y charangas amenizan el lugar y a partir de la media noche verbena popular.

Por la mañana, el sonido de un cohete ofrece una tregua a quien duerme y a la vez avisa a los supervivientes de que la música vuelve a sonar por las calles.

Los niños de la villa disfrazados, son los protagonistas indiscutibles de este día y de todas aquellas actividades infantiles que tienen lugar en el Pabellón de Deportes de Verin.

En la Plaza Mayor tendrá lugar una auténtica batalla de harina, en la que todos acabarán empolvados. La harina era en otros tiempos considerada un símbolo de fecundidad.

Hacia el atardecer todos tornamos al baile con el sonido de la música de las orquestas.

Es el último día de la gran juerga popular.

Bombas y cohetes resuenan por la mañana con la misma intensidad como anunciaron la llegada del Carnaval.

Después de comer, en las calles de la villa, reaparece una multitud de gente, con una renovada concentración y Desfile de Carrozas, Comparsas, Máscaras y Cigarrones, amenizado una vez más por la Banda de Gaitas del Ayuntamiento de Verin, y de las charangas.

Concluyen este día los bailes y verbenas populares, y la juerga nocturna se da por finalizada para muchos al amanecer del día siguiente. Se acabó hasta el próximo año.

Festivo local, para que la gente descanse —poco más hay que decir...—.

'Entierro de la Sardina': Desde los años treinta y en el Miércoles de Ceniza, se venía celebrando en Verín, el Entierro de la Sardina. Vino a sustituir en villas y ciudades los ceremoniales de despedida del Carnaval representados por los sermones, testamentos y quemas, ofreciendo además una connotación anticlerical propia de las épocas en las que alcanzó su máximo esplendor. 

Al atardecer del Miércoles de Ceniza, se reunían en la Plaza Mayor gentes ataviadas para un entierro, lanzando llantos y gritos lastimeros por la muerte del Carnaval, simbolizado en una sardina unas veces y otras en un pelele u hombre tumbado en unas andas. Daba comienzo el entierro recorriendo las calles de la villa entre cánticos recitados en voz alta y alusivos al personaje muerto, y asistiéndolo de imaginativas letanías. 

Los oficiantes vestían e imitaban a aquellos que salían en los entierros eclesiásticos, alcanzando a veces tales cotas la burla, que la fuerza pública tenía intervenía para cesar con la irritación que tal espectáculo provocaba en las gentes religiosas de la villa. Desde la Plaza y por distintas calles se dirigía la comitiva hacia el puente del Támega desde el que entre lástimas y lloros, se echaba el contenido del catafalco al río.

Como propio de este día se conservó a lo largo del Carnaval verinense de los últimos años un resto de uno de estos cánticos que aún hoy se repite con insistencia pasando a ser casi como un himno oficial de estos días:

Ay, yo la vi, yo la vi, yo la vi:
como era de noche no la conocí
en el culo te pinto un loro
te pinto un loro, te pinto un loro;
En el culo te pinto un loro,
te pinto un loro,
Kirie Leisón

Taboada Chivite también reproduce en un trabajo sobre el tema algunas de las letanías propias de este día:

Llorad niñas de la villa
llorad, llorad, llorad
que el Carnaval ya se fue
y lo tenemos que enterrar
O aquella tan popular:
Ahí va, ahí va
ahí va el Carnaval
tan bonito como era
y que pronto se nos va

En los tres elementos básicos que componen esta fiesta: Entierro, sermones y lanzamiento al agua, trataron de buscarse semejanzas con actos de otras fiestas de más raíz en nuestro pueblo. El lanzamiento al agua se compara con la desaparición; los sermones con los testamentos que preceden a la desaparición del Carnaval y el entierro se ve más como una farsa anticlerical propia de épocas de exacerbado liberalismo y licencia de costumbres al decir de algunos.

El Entierro de la Sardina perduró hasta nuestros días, aunándose con rituales y costumbres propios de nuestro Carnaval.

Cierra este domingo la semana grande de la fiesta con un almuerzo colectivo.

Se hace entrega, al finalizar el convite, del 'Premio Pescadilla' cedido por la comisión del Carnaval de Verín, y entregado de manos de su viuda a aquella comparsa que mas fascinados haya dejado a los vecinos durante el Desfile del domingo de Carnaval.

Este premio es un homenaje al 'Pescadilla', a su papel casi imprescindible en esta fiesta. Hablar de él, así como de su esposa, pareja inseparable en el trabajo y en la juerga, es hablar también de Carnaval. Sus parodias, su chispa, su buen humor, y en su lareira, siempre abierta a muchos en estas fiestas de Carnaval, se tramaron muchas de las más grandes trolas que se corrieron en Verín y que hicieron historia.

Publicado en carnavaldeverin.com

De esta vestimenta, que tiene su origen en el siglo XVI, existen diversos versiones que justifican su utilización: una versión mantiene que lo usaban los cobradores al servicio del Conde de Monterrey, otra teoría la sitúa como vestimenta para los levantadores de la caza. 

La leyenda de esta vestimenta lo describe como cobrador de impuestos y como levantador de caza de los Condes de Monterrey, señores del Valle de Verin y buena parte de la provincia de Orense en el antiguo régimen. Esto no pasa nada más que por una leyenda que debe ser entendida casi a nivel anecdótico. Aunque su origen lo sitúa en el siglo XVI, su origen real sigue siendo una incógnita enigmática e indescifrable para cuantos investigadores pretenden desvelar su pasado, que seguramente se remonta a los orígenes del ser humano en ritos ceremoniales.

Mientras, el sonido de sus chocas, metálico y penetrante, sigue colmando de  armonía las  calles y plazas de Verín en estas jornadas festivas.

En cualquiera de los casos quizás esta falta de seguridad para definir su verdadero origen, le genera un toque más mágico si cuadra.

Como ropa lleva vestido una camisa blanca con corbata roja (en la actualidad de colores variados) y por encima una chaqueta corta de seda con galones y ornamentos dorados. Cubriendo los hombros, atavíos de militar con flecos dorados y paño de colores sobre ellos, sujetos con broches femeninos. La chaqueta no cierra en el pecho, sino que se asegura con unas lazadas. En la cintura, faja de varias vueltas y por encima de ella el cinto de cuero del que cuelgan por detrás, preferiblemente, seis grandes chocas. 

Estas chocas de cobre se alternan según sea su sonido, grave o agudo. Además de ir alternadas, deben también estar concertadas para que produzcan su sonido característico. El arte de los Cigarrones consiste precisamente en mover con soltura las chocas, usando el propio movimiento del cuerpo. Cubriendo las piernas llevan calzón corto con trenzados de lana blanca y de color, flecos y borlas, en las que predominan los colores rojos y verdes. El resto de las piernas se cubre con medias blancas sujetadas por ligas.
En los pies, calzado de zapato negro y corriente. En la mano llevan una zamarra o látigo del que pende un pellejo de piel.

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